Capítulo 1 – Acto 5. Sísifo: La terapia de los dioses

Capítulo 1 Acto 5 Sísifo

¡Oh, los dioses! Esos seres tan desesperadamente necesitados de terapia que podrían
mantener a psicólogos y psiquiatras en negocio por siglos. No puedo evitar soltar una risita
ante la idea, aunque sé que su inteligencia emocional inexistente condenaría a la humanidad a
llevar una roca a la cima de la montaña solo para verla desplomarse, sumiéndonos en el ciclo
interminable de la absurdidad… ¿Verdad, Sísifo?

Nos hemos hundido en el bucle infinito de nuestra propia condena. Sí, a menudo uso la palabra
“absurdo” de la misma manera que alguien emplea “literal” para algo que claramente es
“figurativo”. Pero no, cuando menciono lo absurdo, me refiero al ensayo de Camus en la que
estamos perpetuamente buscando un sentido para algo que evidentemente no lo tiene.
¿Debería caer en la logoterapia y buscar un sentido frankliano para la vida? No lo sé. Para mí,
la vida carece de sentido, no hay un propósito claro; solo veo caminantes zombis desesperados
por encontrar una “pasión”.


Pero no todo es un desfile de negatividad. Este mundo está constantemente buscando un
mensaje positivo que lo saque de su zona de confort y lo confronte con sus propios demonios,
esos que nos sumergen en el aturdimiento. ¡Sí, hay una salida! ¡Un acto rebelde!


Si la vida no tiene sentido y el universo lo acepta con resignación, tenemos algunas opciones.
Kurt Cobain optó por la salida fácil, evadir lo absurdo mediante un acto cobarde que involucra
un último acto valiente. ¿Absurdo, verdad? Otros eligen evadir el problema atribuyendo la
justificación de su absurdidad al misterioso propósito divino; después de todo, los caminos de
Dios son inescrutables, ¿no es así? Finalmente, están aquellos que se entregan al racionalismo
abstracto.


Pero, como plantearía Camus, el acto de rebelión está en la aceptación del inexistente sentido
de la vida mientras disfrutas con una sonrisa, un buen whisky y algo de sexo tu condena. ¿O
fue eso lo que dijo?

¡Salud por un mundo absurdo y sus terapias divinas!

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